sábado, 20 de junio de 2009

Hoy

De momento no puede pensar en otra cosa que no sea el futuro, inmediato o remoto. Relee sin cesar Diálogos con el cuerpo e intenta establecer uno con el propio, pero hay tantas distracciones que al final se refugia en las voces de Andrés, de Ana, en el humor ajeno y las pláticas ocasionales que le parecen todavía imposibles por distantes. Sin duda se asombra -mucho- con todo, de manera que todo le merece comentario y su tarde se fuga entre el texto, la canción y el recuerdo. Porque todo lo anterior le trae algo a la memoria y de la memoria nace la quimera: quisiera escribir en círculo, pero las necesita a ellas; desearía leer más detenidamente las vidas jóvenes que tiene en sus manos –literal y figuradamente-, pero son demasiadas para tan poco tiempo… Daría un reino improbable por un poco de orden, pero al final comprende algo y se conforma. Después de todo, los momentos nunca le han faltado.

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