El maestro es un ser necesitado. Requiere atención: se planta al frente con la esperanza de ser el centro, la única luz en la mirada de aquellos a quienes cree guiar. Grita porque cree que no es suficiente, a veces se le hace un nudo en la garganta, hace chistes que intuye ciertos, desespera por reacciones. No sabemos si sabe: simplemente desea en otros lo que él ha descubierto y más, mucho más, como si fuera un don el estar hacinado entre paredes inútiles. Maestro, toma la piel de otro y ve, lejos, a donde parezca que el detalle es el fin último de la existencia.
domingo, 31 de mayo de 2009
miércoles, 6 de mayo de 2009
Apuntes para "Laura"
Podía pensar en algo y luego morirme o lavarme los dientes, daba igual. Lo importante era buscar el tiempo para tomar la pluma, el lápiz (daba igual, también) y quedarme ante el blanco mareante de la página, jugar a evitarlo. Lo importante era llenar ese vacío, al menos. Siempre con historias tristes de mujeres que se suicidan, pero algo es algo. Lugares a donde todos viajan o donde todos caen irremediablemente. Palabras que se juntan y terminan diciendo lo que otro dijo que era lo mismo que ya se había dicho más tarde. La misma mujer o el mismo hombre, feliz o triste, enojado, sola, enamorado, deseada, malvado, dueña, peligroso, ferviente, dueño.
Finalmente se podía continuar viviendo.
Finalmente se podía continuar viviendo.
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